Te recuerdo muy bien
en el Chelsea Hotel.
Nunca comías perdices.
Ángel del infierno,
siempre corcel,
las limusinas echaban raíces.
Queríamos ser ricos,
ir a Nueva York,
nuestro nombre en lo alto del cartel.
Hippies, beatniks,
y obreros del rock,
llegamos formando un tropel.
Y contando hasta tres,
saltaste del tren
cuando iba más rápido.
Contaste hasta tres
y no te oí decir:
''te añoro''
''no te añoro''
'' te añoro''
''no te añoro''
Estábamos todos 'colgaos.
Te recuerdo muy bien
en el Chelsea Hotel.
Los placeres no eran obscenos.
Amabas a todos
a flor de piel.
Me dijiste que no iba a ser menos.
La belleza era así,
tan cruel como fiel.
En tus sueños todo era posible.
Escucha, dijiste,
como un cascabel
la música nos hará libres.
Y contando hasta tres,
saltaste del tren
cuando iba más rápido.
Contaste hasta tres
y no te oí decir:
''te añoro''
''no te añoro''
''te añoro''
''no te añoro''
Estábamos todos colgaos.
Tampoco es que hiciera
mi mejor papel.
A veces me consumo en la noche.
Te recuerdo muy bien
en el Chelsea Hotel.
Abajo aún te espera el coche.