Seis Peniques
Será tu voz la que alumbre en mi ventana,
No espere hasta mañana,
Hasta que se ponga el sol.
Y será tu amor el que prenda nuestras llamas,
Hasta que acabe el alba,
Te espero en mi colchón.
Porque no sé vivir sin besos,
Que rompan el valor de los excesos,
Que llenen el cajón de nuestros besos.
A lápiz y sudor.
Un buen amor no es uno cuerdo,
De noches tan cargadas de veneno,
De locos por amor y desenfreno,
Ahogados en un ron de seis peniques en Madrid,
Y una copa de balón,
Ahogados en un ron,
Ahogada en este ron...
Será tu luz la que oriente mi camino,
De este rumbo perdido,
Que encauza esta canción.
Y será tu adiós el que rompa mis estribos,
Y alcance aquel destino,
Enfermos sin razón.
Porque no sé vivir sin besos,
Que rompan el valor de los excesos,
Que llenen el cajón de nuestros besos.
A lápiz y sudor.
Un buen amor no es uno cuerdo,
De noches tan cargadas de veneno,
De locos por amor y desenfreno,
Ahogados en un ron.
Porque no sé vivir sin besos,
Que rompan el valor de los excesos,
Que llenen el cajón de nuestros besos.
A lápiz y sudor
Un buen amor no es uno cuerdo,
De noches tan cargadas de veneno,
De locos por amor y desenfreno,
Ahogados en un ron.
Porque no sé vivir sin ti,
Me pierdo en la ecuación de este renglón,
Capítulo de un sabio del amor,
Suspenso en un momento de dolor.
Porque no sé salir de aquí,
Maldita la pasión de un corazón,
Que no supo vencer a la razón,
Que se dejó llevar por la emoción...
Será tu voz la que alumbre en mi ventana,
Y no espere hasta mañana,
Hasta que se ponga el sol.
Y será tu amor el que prenda nuestras llamas,
Hasta que acabe el alba,
Te canto esta canción.